El pasado día 11 de marzo de 2011, un devastador seísmo de 8,9 en la escala de Richter sacudió con dureza a una de las actuales potencias mundiales, provocando cientos de muertos y desaparecidos. Estamos hablando de Japón, que ha sufrido el mayor terremoto en su historia y que éste se encuentra en quinta posición en la lista de los seísmos más potentes del mundo, dando lugar a un maremoto o tsunami de olas de más de diez metros de altura.
El temblor ha dejado cerca de mil muertos, cientos de desaparecidos y ha ocasionado una pérdida de centenares de millones de dólares al país; ha dañado gravemente cuatro reactores de la estructura de una central nuclear creando un riesgo radiactivo importante, dañino para la salud, y desamparado a millones de personas sin electricidad en uno de los momentos más duros y difíciles para los ciudadanos nipones.
En este momento, la crítica situación del país está intentando ser controlada por las fuerzas del ejército, y todos los recursos disponibles están siendo empleados en el rescate y auxilio de los habitantes más afectados. Aún así, todavía no se ha conseguido penetrar en las zonas más afectadas por la acción del seísmo y del maremoto.
Otro de los riesgos que acechan a la población nipona en este momento es el peligro de radiactividad de las zonas cercanas a la central nuclear afectada. Un total de once de estas centrales han cesado totalmente su actividad, y alrededor de cuatro millones de viviendas no tienen electricidad. Según una agencia de seguridad del país, los niveles de radiación son mil veces superiores al normal y cerca de 45000 personas han tenido que ser evacuadas.
En definitiva, solo queda esperar que el gobierno japonés actúe de forma rápida para asegurar la seguridad de los ciudadanos del país. Muchos de ellos renuncian a la idea de abandonar su residencia y lloran sus penas en silencio, aún de esta manera sin perder la esperanza.
Por otra parte, se están brindando numerosas ayudas al país nipón, como por ejemplo algunas empresas anónimas de Internet, que han puesto a disposición de todos los internautas un motor de búsqueda de personas, donde poder informar sobre la aparición o la desaparición de cualquier habitante afectado por la catástrofe.
Desde nuestra página web mandamos a los ciudadanos japoneses nuestro más profundo sentimiento de esperanza y apoyo.
DEP.
2 comentarios:
En lo que respecta a mi opinión, es totalmente nefasto la puesta en marcha de producción de energía nuclear en lugares que están constantemente azotados por seísmos de mayor o menor magnitud. Si ya en sí misma es peligrosa una central nuclear, construirla en un lugar que sufre numerosos temblores, es uno de los mayores peligros generados por el hombre. Y menos admisible aún tras los daños que desencadeno el desastre de Chernobyl. Pienso que es un considerable error por parte de los nipones la construcción de centrales nucleares en esas zonas sometidas en más de una ocasión a terremotos.
Por otro lado, al margen del desastre nuclear, opino que, pese a la gran devastación del seísmo junto al maremoto, las autoridades niponas conseguirán sacar al país adelante satisfactoriamente, ya que es un país muy desarrollado y con suficientes presupuestos para restaurar las zonas afectadas y mantener a las víctimas. A diferencia, por ejemplo, de la devastación que sufrió Haiti, el cual ha necesitado la ayuda del resto de países más desarrollados. Ya que no disponía de los recursos necesarios, y que pese a la ayuda recibida y la puesta en marcha de numerosos servicios para restablecer el orden, aún sigue en una situación pésima.
Debe reconocerse lo insensato que resulta colocar una serie de centrales de este tipo en un territorio tan reducido y con una actividad sísmica tan elevada.
La responsabilidad que conlleva el mantenimiento de una central nuclear es muy alto, cuanto ni más si son alrededor de cincuenta las centrales a controlar, añadiendo un riesgo sísmico elevado. Sería conveniente la búsqueda de un nuevo tipo de energía en el país del sol naciente, pero la gran demanda energética de éste lo hace imposible.
En cuanto a la situación de riesgo radiactivo, las autoridades japonesas informan que los niveles de radiación se encuentran muy por encima de lo normal, y los técnicos de la central han tenido que abandonarla. Ahora la situación ha estado siendo controlada por aire, mediante aviones y helicópteros.
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