Historia de Nakhla Tobacco: un sueño cumplido

En una pequeña ciudad egipcia, perdida por la zona del Delta, reina la calma y la vida tranquila que el río Nilo brinda a sus habitantes, transmitiendo con sus elementos la bondad, el crecimiento y la esperanza. En la línea del horizonte desaparecen inmensos campos de trigo y algodón, eclipsados por innumerables palmeras, símbolo de fertilidad, prosperidad y riqueza en Egipto.

Estamos hablando de Shebin El-Kom, lugar de nacimiento del difunto Mohamed Saleh El-Ibiary, el hombre que había iniciado y establecido la primera fábrica de procesamiento de moassel de la hoy conocida mundialmente marca de tabacos Nakhla, en 1913. El proyecto individual y humilde que comenzó El-Ibiary bajo el símbolo de la palmera hoy día continúa en pie, regido por la descendencia de esta familia.

El sueño, hoy cumplido, y emblema de ese emprendedor proyecto iniciado por El-Ibiary fue la distribución de sus productos a nivel de la pequeña ciudad, y la exportación de éstos a lugares más lejanos. El difunto líder de la compañía Nakhla se basó en la relación directa entre el cliente y la fábrica, y en la calidad en el procesamiento y venta del moassel. La historia de la prestigiosa marca de tabacos Nakhla abarcará aproximadamente un siglo, situándose hoy en día entre las cien más exitosas empresas en cuanto a producción y exportación.

Mohamed Saleh El-Ibiary lideró la gestión de la fábrica hasta 1955. En los años siguientes, la gestión de la compañía fue confiada a Ahmed Saleh El-Ibiary, quien asumió el cargo después de su padre, con una visión algo diferente.

A medida que el éxito en el desarrollo y la diversificación de los productos, y contribuyendo así a la aparición de otros nuevos de acuerdo con las preferencias egipcias y sus requisitos, se creó el primer y más conocido moassel de la marca Nakhla, El Zaghloul, disfrutado actualmente en todo el mundo. En cuanto a la expansión de la producción, destacó la inauguración de nuevas sucursales en las grandes provincias de El Cairo y Alejandría. A partir de entonces, y debido al éxito del  nuevo producto de Nakhla, éstos comenzaron a distribuirse en todas las ciudades y aldeas de Egipto a través de un gran número de camiones de transporte, que vincularon la fábrica con todas las provincias egipcias.

Con el extraordinario éxito de la empresa, Saleh Ahmed El-Ibiary comenzó a pensar en exportar sus productos fuera de los territorios de Egipto, y al mismo tiempo, los estudios e investigaciones se iniciaron para alcanzar este objetivo. Sin embargo, falleció el 28 de noviembre de 1979, antes de que aquellos conceptos salieran a la luz.

A partir del fallecimiento de Saleh Ahmed El-Ibiary, la dirección de la fábrica pasó a ser de la tercera generación de la familia, es decir, de Adel Ahmed El-Ibiary, presidente de la actual Junta Directiva de la empresa, que ha logrado superar grandes obstáculos y ampliar la producción.

Sin embargo, Adel también tenía una visión amplia sobre las posibilidades de la fábrica, incluyendo la participación de sus hermanos en la gestión de ésta, y la dedicación de cada uno de ellos a un puesto especializado. Para ello, Adel les invitó a abandonar sus anteriores trayectorias profesionales para colaborar directamente con la empresa, a lo que éstos accedieron, cumpliendo y revitalizando el ideal de Mohamed Saleh El-Ibiary: la unión de la familia Ibiary para complementar la marcha hacia adelante en el curso de la empresa Nakhla. Desde este momento, la fábrica empieza a tener más fuerza que en cualquier otro momento.

La empresa ahora estaba formada por todos los hijos del difunto Ahmed Saleh El-Ibiary, en la que cada cual tenía una parte de la responsabilidad del funcionamiento de la fábrica, de acuerdo con su rama científica y sus experiencias. La unión de la familia Ibiary en la empresa había hecho que ésta trabajara como un equipo integral, con cada miembro dedicado a un campo específico de especialización en términos de gestión, producción, ventas, exportaciones, investigaciones y estudios científicos.

El estatuto jurídico de la fábrica se formó a través de la creación de Nakhla Tobacco & Co., compuesta por los hijos de Ahmed El-Ibiary, y la Junta Directiva, dirigida por el mayor de los descendientes, Adel El-Ibiary, el cual cuenta con gran experiencia en este ámbito, para un periodo que comprende más de diez años en el puesto. En cuanto a los otros hermanos, fueron nominados como miembros del Consejo de Administración de la empresa.

La unión de la familia Ibiary en la Nakhla Company supondrá un punto de no retorno para la fábrica y la empresa, que trazará una gran línea divisoria entre Nakhla y muchas otras marcas, empresas y fábricas.

La apertura de nuevas instalaciones y sucursales,  y las mejoras en los procesos de producción, unido a la experiencia y la unificación de la familia en la empresa, llevaron a la creación de nuevos productos de acuerdo a la nueva demanda. Así, y por primera vez, una nueva marca de moassel se mezclaba con esencia de frutas y sabores dulces. Éste fue distribuido por primera vez en los mercados de Oriente Medio y, en poco tiempo, dio un gran salto al mercado occidental, renovando la industria del tabaco.

A su vez, un mayor número de consumidores, tanto hombres como mujeres, empezó a interesarse por los nuevos productos de la empresa. En consecuencia, lujosos hoteles y entidades similares comenzaron a designar los salones más babilónicos para la presentación de este tabaco a sus clientes. Por otra parte, la gran diversidad de productos, llegando a más de veinticinco marcas y comprendiendo alrededor de cincuenta sabores diferentes, profundizó y agradó a toda la comunidad árabe y los continentes de Europa y América.

Con la expansión y el aumento del número de fábricas y naves de producción, la cantidad de trabajadores en la empresa ha superado ya más de 1800 personas, las cuales han adquirido mayores conocimientos técnicos. Cabe destacar la instalación de un Centro de Formación para el aprendizaje de los nuevos técnicos recién contratados antes de haber sido inscritos en las instalaciones de Nakhla.

En la actualidad, Nakhla Tobacco & Co. es, por separado, una entidad dedicada a la exportación de sus productos a los mercados extranjeros, en concreto al mercado occidental, y, adicionalmente, a los comercios locales, logrando cumplir el último sueño acariciado por Mohamed Saleh El-Ibiary antes de su fallecimiento. Por tanto, la marca disfruta de un gran prestigio a nivel mundial en la industria del tabaco y, durante varios años consecutivos, ha sido galardonada con diferentes medallas de oro internacionales y los premios más importantes, junto con los testimonios y la aprobación de los grandes países occidentales. Todo ello por la buena calidad en la industria del tabaco

A pesar de los grandes avances industriales y tecnológicos en las fábricas de Nakhla, la empresa ha conservado su trabajo manual por técnicos altamente cualificados, creando y marcando una tendencia especial y un sabor único en el mundo del moassel. En otras palabras, los productos Nakhla han adquirido un gran estatus internacional, y la humilde ciudad de Shebin El-Kom se ha convertido en imagen de progreso. El símbolo de la palmera y la frase “made in Egypt”, junto con el sueño cumplido de un hombre humilde y emprendedor, tendrán constancia durante siglos en la diminuta ciudad y en todos los países árabes.