sábado, 30 de marzo de 2013

Guía: Cómo lavar una manguera

Lavar nuestra manguera es algo importantísimo que se ha de realizar después de cada cuatro o cinco fumadas para preservar la higiene de nuestra pipa y mantener intacto el sabor de cada tabaco. Esta guía sencilla va dirigida a los fumadores que se están iniciando en este arte, para que consigan una mejor experiencia en cada sesión y tengan claro que se debe mantener cierta higiene a la hora de fumar una shisha.

Para los lectores que no lo sepan, existen dos tipos de mangueras: lavables y no lavables. Si no se tiene este aspecto claro, recomendamos leer una de nuestras entradas, Mangueras: qué tipos hay y como están fabricadas.

A continuación, desglosaremos esta pequeña guía en varios puntos para facilitar su lectura.
  • En primer lugar, debemos retirar la boquilla extraible que tienen la mayoría de mangueras lavables de gran tiro, como las Narbish, las Nammor o las Temsaah, la cual lavaremos a conciencia para eliminar todo tipo de suciedad (sobre todo si solemos fumar con más gente). Si el interior de la boquilla es transparente, probablemente tendremos que esmerarnos con la limpieza para quitar el oscurecimiento de ésta. Es recomendable usar algún producto que elimine la grasa, pero siempre teniendo en cuenta que no sea tóxico, y aclarar bien la boquilla.
  • El segundo paso es hacer correr el agua caliente por el interior de la manguera. Para ello, si no queremos mojar el material de ésta, podemos utilizar un embudo. Una vez el agua haya lavado superficialmente el interior de la manguera, procederemos con el tercer paso. Comprobaremos que está medianamente limpia cuando deje de salir el agua de color oscuro.
  • El siguiente objetivo es "rascar" el interior de la manguera. Para hacerlo, debemos llenar el tubo de agua, tapar las dos entradas y agitar la manguera. Una vez lo hayamos hecho, vaciaremos la manguera y la llenaremos de nuevo, aplicando el mismo procedimiento un par de veces más. También se puede utilizar algún producto para limpiarla, pero ha de ser un líquido sin olor, para que no se pegue al material. Recomendamos usar un Shisha Cleaner, y en caso de no tenerlo, limón concentrado.
  • Una vez hayamos lavado correctamente nuestra manguera, procederemos al secado. Si estamos al aire libre, podemos "centrifugar" la manguera dándole vueltas en el aire. Para secar completamente el tubo, dejaremos la manguera colgada del picaporte de una puerta o de cualquier objeto que nos permita mantenerla de forma vertical por ambos extremos.
  • Cuando hayamos realizado todos estos pasos, el siguiente será introducir la manguera en nuestra pipa y disfrutar de una fumada intensa y pura.
Siguiendo estos sencillos pasos conseguiremos mejorar notablemente la calidad de nuestras fumadas. Es importante recordar que no es agradable fumar con una manguera húmeda, así que tendremos que ser pacientes con el secado y no lavarla justo antes de fumar. 

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