Las variedades existentes de té son muchas y difíciles de clasificar. Pueden clasificarse según su lugar de procedencia, su nivel de oxidación, su color, etc. Se pueden hacer mezclas diferentes entre ellos y se pueden combinar para cada momento del día a día.
Pero básicamente, el té se clasifica según su grado de oxidación (esta depende de su proceso de elaboración y producción). Podemos clasificar los tés de esta manera en cinco tipos:
- Té blanco: en realidad no es el grado de oxidación lo que le distingue de los otros tés sino la parte de la hoja utilizada, que en este caso son sólo los brotes; las hojas se dejan marchitar ligeramente y luego se secan hasta determinado nivel de humedad.
- Té verde: la planta se seca y se somete a un proceso de torrefacción en recipientes de hierro.
- Té rojo: Al contrario que otros tés, que suelen tomarse tras su recolección, el proceso de fermentación de esta variedad puede durar de 2 a 60 años en barricas de roble, lo que hace que las hojas alcancen un color cobrizo y, por lo tanto, también la infusión.
- Té negro: después de la recolección, las hojas se enrollan y se dejan oxidar. Después se secan y se trituran. Es la variedad que más conocemos.
- Té Oolong: la oxidación es muy suave y queda a medio camino entre el té verde y el negro.
1 comentarios:
Podríais poner que tipo de té es mejor para combinar con los distintos sabores y marcas de tabacos.
Saludos muyayus.
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